Los consumidores de Nueva York disfrutan de amplias protecciones bajo la ley estatal contra la publicidad engañosa. Los consumidores tienen derecho a recibir información veraz sobre bienes y servicios. Un malentendido o la insatisfacción del cliente pueden convertirse rápidamente en un reclamo de publicidad engañosa. Si esto sucede, su empresa puede recibir un reclamo de que ha engañado intencionalmente a los clientes.
Sin embargo, la exageración es legal en los anuncios. La hinchazón generalmente se define como declaraciones subjetivas, a menudo jactanciosas, que la mayoría de la gente no tomaría literalmente, como "la mejor pizza del mundo". Este artículo profundiza en las diferencias clave entre la fanfarronería y la publicidad engañosa.
Si su empresa enfrenta acusaciones de publicidad engañosa, nuestro abogados con experiencia en litigios comerciales de Nueva York va a ayudar.
¿Qué es la publicidad engañosa?
En general, la publicidad engañosa es cualquier publicidad que induzca a error a los consumidores o clientes potenciales de forma significativa. Está diseñado para atraer intencionalmente al cliente a tomar una decisión de compra mediante el engaño. Por ejemplo, etiquetar alimentos como “sin azúcar” cuando en realidad contienen azúcar es publicidad engañosa.
La Comisión Federal de Comercio es responsable de hacer cumplir las normas contra las prácticas comerciales desleales a nivel federal. Cada estado tiene sus propias leyes sobre lo que se considera publicidad falsa y las empresas pueden enfrentar demandas y cargos penales por afirmaciones de publicidad falsa. La definición legal de publicidad engañosa puede diferir de un estado a otro.
Ley de publicidad falsa de Nueva York
La publicidad engañosa se presenta de muchas formas en Nueva York. Se puede utilizar para describir una descripción o etiqueta de producto falsa o engañosa. O podría tomar la forma de no revelar información importante al consumidor. Una imagen que acompaña al bien o servicio puede incluso considerarse publicidad engañosa. A menudo, las afirmaciones publicitarias falsas se refieren al precio, la calidad o el propósito de un producto o servicio.
Digamos que a un consumidor se le promete la última edición de un bien a un precio increíblemente bajo. Él o ella va a comprarlo, pero una vez en la tienda, le muestran una versión anterior por ese precio. Esta es una táctica clásica de cebo y cambio.
Sección 350 de la Ley General de Negocios de Nueva York regula la publicidad falsa y engañosa. Según este estatuto, un demandante puede solicitar una indemnización civil contra una empresa por publicidad engañosa.
El demandante puede incluso ganar los honorarios de los abogados y los costos judiciales según la sección 350. Debido a que los demandantes pueden recuperar los costos de los abogados y los tribunales, este estatuto a menudo fomenta los litigios contra conductas supuestamente ilícitas. Sin embargo, la empresa puede tener una defensa contra la acusación de publicidad engañosa.
¿Qué es la hinchazón?
La exageración se define generalmente como afirmaciones exageradas o vagas que se consideran opiniones en lugar de declaraciones fácticas. Como se mencionó anteriormente, la publicidad engañosa debe referirse a un aspecto material del producto o servicio. Por lo general, esto implica declaraciones engañosas sobre el precio, la calidad o el propósito de un producto o servicio.
A las empresas se les permite “inflar” su imagen transmitiendo puntos de vista u opiniones subjetivas sobre sus bienes y productos. Una empresa que expresa una opinión sobre sí misma, en lugar de declaraciones objetivas incorrectas, utiliza fanfarronería en lugar de publicidad engañosa.
La fanfarronería a menudo se describe como una jactancia que la gente razonable no tomaría literalmente. Las declaraciones exageradas son generalmente opiniones que no se pueden probar ni refutar.
Por ejemplo, llamarse a sí mismo "el mejor restaurante del mundo" es una exageración. No se puede demostrar que sea verdadero o falso, y ninguna persona razonable lo tomaría como un calificativo literal. Un cliente puede cenar allí y odiar su comida. Pero no pueden acudir a los tribunales y alegar que la frase "el mejor restaurante del mundo" es publicidad engañosa.
La diferencia clave entre publicidad engañosa y fanfarronería es si la publicidad contiene declaraciones objetivas o expresa una mera opinión. Las afirmaciones fácticas pueden demostrarse verdaderas o falsas. Sin embargo, la línea entre la opinión y los hechos a veces es borrosa. Aquí es donde puede resultar útil contar con un abogado con experiencia en litigios comerciales de Nueva York.
¿Es ilegal la hinchazón?
La mayoría de las leyes publicitarias no prohíben la exageración. Se considera legal y seguro para los especialistas en marketing, siempre que permanezca en el ámbito de la opinión y no de afirmaciones fácticas.
Si su empresa ha sido acusada de publicidad falsa, hay más de un caso judicial en juego. El buen nombre y la reputación de su empresa también podrían verse comprometidos. Investigaremos las acusaciones relacionadas con el bien o producto en cuestión y le informaremos sus opciones legales. Puffery puede ser una defensa, junto con otras, según las circunstancias de su caso.
Inflación versus publicidad falsa
Aquí está la distinción clave entre fanfarronería y publicidad engañosa:
- Las declaraciones subjetivas y vagas que no se pueden demostrar como verdaderas o falsas generalmente se consideran mera fanfarronería.
- Afirmaciones específicas y mensurables sobre las cualidades o características de un producto pueden cruzar la línea y convertirse en publicidad falsa si son engañosas o engañosas.
Echemos un vistazo más de cerca a cómo la Comisión Federal de Comercio diferencia la fanfarronería de la publicidad engañosa.
Reclamaciones objetivas
La FTC se concentra en cuestionar afirmaciones falsas o engañosas sobre hechos objetivos, especialmente aquellos cuya verificación por sí mismos resulta difícil o costosa para los consumidores. Por ejemplo, afirmaciones como "sin grasa" o "eficacia demostrada mediante pruebas científicas" se examinarían más de cerca que declaraciones subjetivas como "el mejor del mundo" o "gran sabor".
Estándar de consumo razonable
La FTC evalúa las reclamaciones desde la perspectiva de un consumidor razonable. Si es probable que una afirmación induzca a error a un consumidor razonable sobre aspectos materiales de un producto o servicio, puede considerarse engañosa en lugar de mera fanfarronería.
Mensurabilidad y demostrabilidad
Si un reclamo contiene elementos o atributos que son mensurables u objetivamente demostrables como verdaderos o falsos, es más probable que se considere un reclamo publicitario procesable en lugar de una exageración.
Materialidad
La FTC se centra en afirmaciones que son materiales, lo que significa que es probable que influyan en la decisión de compra del consumidor.
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Los abogados de litigios comerciales de Nueva York Rosenbaum y Taylor defender los derechos e intereses de las empresas. Tenemos una amplia experiencia en el manejo de numerosas denuncias, incluidas las de publicidad engañosa. Lo importante es actuar con rapidez para proteger su negocio. Llámenos hoy para discutir su caso.